miércoles, 24 de enero de 2018

El mundo sin tildes

En clase de conceptos fundamentales para la didáctica de ELE, surgió un debate sobre el uso de las tildes en el español. El profesor Miquel Llobera sostenía que no había ninguna necesidad en la lengua para mantener las tildes, así como el inglés no usa tildes y todos los ingleses se entienden a la perfección. En ese momento yo discrepé, pues a la hora de leer un texto, es cierto que se necesitan las tildes en ciertas ocasiones para distinguir una palabra de otra. Después del debate y de reflexionarlo detenidamente, pienso que sería posible que la lengua española eliminara las tildes, tal y como indicó el profesor. Sin embargo, en ciertas circunstancias específicas, sería complicado, pues podría llevar a la ambigüedad, incluso a errores y malentendidos.

Durante el debate, recordé a Gabriel García Márquez y el revuelo que causó durante una entrevista cuando afirmó que las leyes ortográficas no deberían existir y cada cual debería escribir como buenamente quisiera. En nuestra clase se planteaba algo parecido, aunque a menor escala.

Este pequeño debate me hizo pensar que el uso de las tildes, lejos de lo gramaticalmente correcto, no es tan importante en la lengua. No quiero que con estas palabras se me malinterprete, pues continúo siendo fiel a la gramática normativa. No obstante, es un aspecto de la lengua que puede ser obviado en los niveles elementales de la enseñanza de español como L2, si queremos centrar la atención en otros aspectos. A pesar de ello, hasta que llegue el día, tal y como nuestro profesor afirmaba, en el que el español elimine sus tildes y no sean necesarias, tendremos que llevar el uso de tildes a nuestras clases de ELE sin más remedio.

Yendo un paso más allá, estas marcas vocálicas, no solo sirven a nivel gramatical, sino que pueden permitir a nuestros estudiantes a obtener una pronunciación correcta. Es decir, que a nivel prosódico, es un elemento positivo para el aprendizaje de la L2.
Cabe destacar que sin el correcto uso de las tildes, un revólver puede convertirse en revolver. Para no revolver más este asunto, simplemente les dejo con esta captura, en la que en lugar de unas noticias, pasamos a leer un anuncio un tanto macabro por la ausencia de tildes.




Que cada cual llegue a su propia conclusión. Y si el destino de la lengua es decir adiós a nuestras queridas tildes, será más que interesante observar la evolución del español.

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